Después de casi un año, volvemos a compartir con vosotros las experiencias de nuestros alumnos que han obtenido plaza en la última convocatoria de PIR, en este caso Alfonso nos cuenta su experiencia.
Alfonso García Castaño
Puesto: Nº 107. Convocatoria 2014
Aciertos: 202, Fallos: 22, Omisiones: 1
Expediente: 1.55
Me llamo Alfonso García y aparezco el número 107 en las listas provisionales de PIR. Mientras escribo estas líneas, recuerdo una conversación con una compañera del curso de Diciembre que me dijo que si me lo sacaba lo contara, porque no tenía muy buen expediente y ella conocía a varias compañeros que no se habían presentado por este motivo. A pesar de que no cuenta demasiado en términos de nota, a mí también me daba miedo el intentar competir con una plaza con gente que llevaba una trayectoria académica tan brillante. Mi intención es animar a presentarse, que el PIR es una oportunidad para empezar de “0” y que se puede conseguir haya sido cual haya sido la carrera académica hasta ahora.
Mi experiencia con el PIR comenzó en el último año de licenciatura, hace aproximadamente dos años. En general el PIR me parecía la opción más consistente en términos de tiempo/esfuerzo, ya que necesitaría uno o dos años de preparación para poder entrar a “trabajar”, siendo un tiempo similar a un master, permitiendo el PIR mayor seguridad de conseguir el empleo y una mejor formación a mi manera de ver, por no hablar de que económicamente me parecía más viable. Así que me apunte al curso de Mayo en CEDE y empecé a estudiar en Marzo, antes de acabar la carrera.
En ningún momento me planteé tomarme el primer año “a ver qué pasaba”, fui estudiando fuerte desde el primer día. Ahora mirándolo en retrospectiva me parece fundamental empezar a estudiar al mayor ritmo posible desde el principio. Me presente en Febrero del 2014 y quede el 307. Lo cual fue un jarro de agua fría, pero si me animó a seguir preparándome. Decidí “repetir” curso, volviendo a matricularme en Mayo. Agradecí muchísimo la ayuda de profesores y compañeros, ampliando algún material y planificándome de otra manera, ya que había abarcado la mayor parte del material el primer año.
-Día a día en el estudio
En general no soy un buen ejemplo de la organización, pero el nivel de exigencia del examen requiere un planteamiento completamente diferente. Afrontar el PIR requiere una planificación que sea minuciosa y flexible a la vez, teniendo que abarcar todo el temario y dejando aun así cierto margen de error por si nos ponemos malos o tenemos algún evento inesperado que nos cambie la preparación. Planifique de forma muy diferente ambos años ya que los objetivos era muy diferentes.
El primer año me las arregle para seguir la metodología con cierta rigurosidad. Estudié 7-8 horas diarias si no tenía clases y pude dar tres vueltas. Estudié de lunes a viernes, tomando el sábado si no trabajaba para hacer exámenes de convocatoria. En general los domingos me los deje para descansar. La primera vuelta la terminé a finales de Agosto, sin usar esquemas propios y subrayando del libro y de los esquemas de clase. Fui a un ritmo de una o dos asignaturas más rápido de la academia desde el principio me permitió el aprovechar más la clase y preguntar las dudas que se me quedaron tras una lectura del temario.
En la segunda vuelta (desde Septiembre a Noviembre) trabajé los materiales de una forma ligeramente más práctica, trabajando con mis propios esquemas para organizarme la información más relevante a mí manera. Hice esquemas de los principales trastornos de clínica e infantil y test de evaluación (mi esquema completo de los test de personalidad medía tres metros de largo). Si en la primera vuelta el objetivo era el tener una idea general de todos los conceptos, en la segunda intente profundizar en los aspectos más importantes y que difícilmente se nos han quedado en la primera vuelta (escalas Weschler y modelos de los trastornos mentales por ejemplo). Después saque tiempo en diciembre para repasar los conceptos que requieren más memoria, como los tratamientos psicológicos eficaces y el DSM 5 (esto último me fue útil para prepárame el DSM-IV). Muy importante son las reglas memorísticas y los “trucos” tanto propios como los que nos enseñaban en la academia.
En mi última vuelta me apunte al curso de repaso, el cual recomiendo a todos, especialmente para “casos perdidos” como yo, que bien por nervios, bien por agotamiento, nos cuesta el ponernos a repasar a poco tiempo del examen. Casi a asignatura por día, pero me ayudó mucho.
Después del resultado del examen empecé a replantearme el segundo año el estudio. Antes de empezar la academia, en Abril más o menos, me preparé el Manual de Psicopatología de Belloch. Una vez empezada, amplíe los libros de casos de Orgiles, Espada y Méndez así como el libro de Psicoterapias de la UNED y los manuales de Infantil de Vicente Emilio Caballo. Ampliar no me sirvió de mucho en cuanto aprender nuevos conceptos, pero sí te da una “visión de conjunto” que es muy importante para el examen. Mis criterios para ampliar eran:
· Amplié solo cuando dominaba bien la materia. Los materiales de CEDE son mucho más claros y están más actualizados que otros manuales.
· Me faltaba entender mejor las técnicas cognitivas y de tercera generación y quería profundizar en Clínica Infantil y ya había estudiado el libro de Comeche y Vallejo en la carrera, por lo que trabajé los materiales de esas materias.
· Consulta siempre a tu profesor, ya no solo porque conozca el título de referencia para la materia, sino porque te aconsejara el que se ajuste mejor al momento de preparación en el que te encuentres. En mi caso los libros de casos de adultos y niños me sirvieron de muchísimo.
· Con los nervios es fácil perder “la perspectiva” y acabar estudiando los nombres de los autores de estudios de hace diez años. Yo perdí un poco la cabeza en Agosto con la asignatura de Clínica Infantil, perdí mucho tiempo que podía haber usado en estudiar otras materias.
Hice ambos cursos de repaso y creo que fue clave el prepararme así para el examen. Otra cosa “innovadora” que hice el segundo año fue estudiar en biblioteca. Me ayudó mucho a mitigar el estrés y el cansancio. Es muy aconsejable si necesitas un “cambio de aire”. Como otras ideas para el estudio que quizá os pueden servir, yo use corchos y post-its para copiar los conceptos principales y de memoria, y los pegue en mi habitación.
Respecto a los simulacros, empecé a hacerlos en la academia y desde el principio (otras de las ventajas de estudiar fuerte nada más empezar es que los puedes aprovechar mucho). Me parecen fundamentales para repasar conceptos difíciles de memorizar y para acostumbrar al cuerpo a estar delante de una examen 5 horas con toda la tensión.
Para abarcar el examen di tres vueltas completas. En la primera no pasaba nada al cuadernillo y clasificaba las preguntas según la seguridad que tenía, si las tenía claras, si dudaba entre dos o entre tres. En la segunda, las pasaba las que tenía claras al cuadernillo, las que dudaba las pensaba, decidía cuales dejar sin contestar y dejaba solo las “dudas razonables” que pudiera arriesgar con ciertas garantías
-Mi experiencia con CEDE
En general estuve en tres cursos de repaso más los cursos de Mayo de dos años presenciales y he de decir que ha sido excelente. Si bien no puedo comparar con otras academias, me parece que el nivel, tanto profesional como personal del equipo es inmejorable. Se preocupan mucho por nosotros y ofrecen una formación muy completa.
-Componente emocional e interpersonal
Algo que se oye a menudo es que el PIR es “una prueba de madurez” y claramente si dejas que te desborde, me parece imposible sacárselo.
Mantén los descansos de cada semana y se flexible para adelantarlos. Si no puedes más descansa lo que necesitas aunque no este programado. Aprovecha las clases y las tutorías para escuchar a tus compañeros, hay mucho que aprender de ellos, no solo por la teoría en sí, sino porque el ver otros enfoques es una de las cosas que más me ayudaron a sacar el PIR, incluso en preguntas que estaba seguro de poder contestar por mí mismo. No dudes tampoco en preguntar, por muy tonto que te parezca el contenido o incluso si se sale del temario. Creo que una de las cosas que más agradecí de la academia es cuando los profesores daban alguna explicación o contaban algún caso y como lo habían trabajado en la clínica. Son profesionales de muchos años de experiencia, con mucho que contar, así que si disfrutáis como yo escuchando una buena viñeta clínica, no dudéis en tirarles de la lengua.
Espero a haber sido de ayuda con esta experiencia PIR, muchísima suerte, no perdáis la esperanza y seguid peleando por vuestra plaza.