lunes, 9 de enero de 2017

7 Hábitos para evitar el agotamiento (burnout) en la fase final del PIR y mantenerte concentrado.



A estas alturas de la preparación es normal que, tras varios meses estudiando,  comiencen a aparecer signos de cansancio físico y de fatiga mental. Reaccionar adecuadamente a estas señales es esencial porque puede significar acabar agotándonos con el conocido síndrome de burnout o tomar una serie de pasos para evitarlo y mantenernos concentrados. A grandes rasgos, el burnout se manifiesta con síntomas como cefaleas, problemas para conciliar el sueño, irritabilidad, fatiga y disminución del rendimiento. Estos aparecen tras periodos prolongados de estrés en relación con trabajo y, en el caso de los que se preparan el PIR, los momentos de tensión sostenida vividos a lo largo de la preparación pueden llevar a su aparición. 

Sin embargo, el problema fundamental del burnout es que la persona raramente es consciente de que debe parar o descansar, a pesar de las múltiples señales que su cuerpo le manda a modo de avisos. Por ello, especialmente en esta época hay que estar atentos a estas señales para evitar que este tipo de cuadros aparezcan y puedan acabar desviando una buena preparación.   

A continuación vamos a tratar de una serie de consejos con los que evitar sobrecargarse y mejorar la concentración:

Lista de tareas para ese día. Antes de comenzar la jornada de estudio es muy positivo hacer una lista de cuáles son las actividades que planeamos realizar ese día. Esta lista debe ser corta, evitando imponernos metas que de entrada sepamos que no alcanzaremos, de lo contrario el efecto será el opuesto. La idea de hacer una lista es doble: por una parte tener una estructura de qué será lo que ese día tendremos que hacer, punto por punto, y por otra, poder planificar nuestro tiempo en función de esto.

Cero Distracciones. Algo que puede disminuir drásticamente nuestro rendimiento son las pequeñas distracciones del lugar de estudio, aquellas que hagan que tengamos que ir y volver constantemente a aquello que se está estudiando. Desde el teléfono móvil a estudiar en zonas donde haya exceso de ruido, temperaturas muy altas o muy bajas o personas que nos puedan interrumpir son ejemplos de estas situaciones. Por tanto, asegúrate de haber buscado un ambiente tranquilo y donde estés cómodo.

Aprendizaje activo. Una de las formas de estudiar que más nos mantiene concentrados y que favorecerá el aprendizaje es tener una interacción activa con el material estudiado. En otras palabras,  en lugar de estudiar copiando o leyendo, tener un papel protagonista en todas las actividades del estudio. Para esto es importante relacionar los conceptos estudiados con otros vistos tiempo atrás, subrayar, crear mapas o esquemas mentales, escribir notas que nos ayuden a entender conceptos complejos, realizar simulacros o repasar utilizando flashcards.


Estudiar por ciclos. Se sabe que, aunque varía algo en función de la persona, podemos estar concentrados durante unos 50 a 60 minutos siendo productivos.  Por tanto, es importante hacer pequeños descansos de no más de 5 minutos, en los que podemos aprovechar para comer algo y para estirar los músculos del cuello, brazos y espalda, que son los que más tensión soportan durante el estudio.  Además, también es bueno repartir estos ciclos de 50-60 minutos a lo largo del día siempre que sea posible, evitando, por ejemplo, realizar sesiones de 4 o más ciclos seguidos.

Tomar distancia. Durante la preparación es bueno no sólo avanzar de forma lineal cuando uno aprende, sino pararse a mirar atrás a todo lo que ya ha estudiado y repasado, para poderlo integrar, darle una lógica. Además de permitir tener una idea global de las distintas materias y del estudio que uno ha realizado, podrá detectar en qué áreas debe volver o qué dirección tomar en la preparación.

Come de forma saludable. Ya se sabe que cuanto menos tiempo queda, uno intenta quitarlo de actividades rutinarias como cocinar. Aunque realmente no es el momento para practicar nuevas recetas, es necesario comer de forma saludable para a garantizar que podamos continuar rindiendo de manera adecuada. Recordad el artículo en el que destacábamos la importancia de tomar carbohidratos complejos, verduras y fruta, pues estos nos proporcionarán los nutrientes que necesitamos para continuar en esta etapa.

Premiarte. Por último, pero no por ello menos importante, cada día que hayamos terminado nuestra rutina de estudio debemos concedernos pequeños premios de aquellas cosas que nos gustan. Aunque somos psicólogos, a veces olvidamos la importancia de los reforzadores en nuestra vida diaria, y quien mejor que uno mismo para saber qué cosas le gustan. Puede ser dar un paseo con la pareja, ver un capítulo de tu serie favorita o quedar un rato con los amigos, pero estos pequeños premios nos harán empezar el próximo día con más energía.






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