En el DSM-IV se definía una adicción de esta forma: “la característica esencial de la
dependencia de sustancias consiste en un grupo de síntomas cognoscitivos,
comportamentales y fisiológicos que indican que el individuo continúa
consumiendo la sustancia, a pesar de la aparición de problemas significativos
relacionados con ella.” Sin embargo, hay distintos
tipos de adicciones, las personas no sólo se vuelven adictas a determinadas
sustancias químicas sino que también existen adicciones comportamentales, como ocurre
en el juego patológico o con el abuso del teléfono móvil. Esta evidencia
clínica se refleja en el nuevo manual diagnóstico DSM-5.
Pero,
independientemente de la gravedad o del grado de repercusión en la vida diaria
de la persona, ¿cuáles son las condiciones necesarias para superar una
adicción?
1.
Tomar conciencia de ella: tomar
consciencia del problema puede ocurrir en dos momentos diferentes. Existe una
primera etapa, que en algunos casos lleva tiempo asumir y que normalmente
aparece cuando las personas del entorno señalan las consecuencias negativas que
la adicción está produciendo, en la que la persona precisará tomar consciencia
de que presenta una problemática relacionada con una adicción determinada, por
ejemplo a la cocaína. Pero además de saber que tiene una adicción a la cocaína
deberá identificar o “sentir” cuándo está actuando o dejándose llevar por dicha
adicción. Por decirlo de otra manera, deberá poder identificar el momento
exacto en el que se ve tentado a realizarla, ya que todas las adicciones tienen
un gran componente de impulsividad. Para ello se ha demostrado muy efectivo
realizar ejercicios de meditación en los que la persona tome una mayor
consciencia de sí mismo y de los estados emocionales que presenta. Por ejemplo,
para dejar de fumar se está empleando con resultados muy positivos el
mindfulness.
2.
Programación conductual: en los primeros
momentos en que el paciente se dispone a superar su adicción pasará por
infinidad de situaciones en las que anteriormente desarrollaba dicha adicción.
Ejemplos de esto son los bares o cafeterías para alguien con alcoholismo,
casinos para ludópatas o clubes nocturnos para alguien que consume anfetaminas.
Para poder redefinir sus conductas en estos contextos tendrá dos opciones: la
evitación o el escape. La primera consiste en prever cuáles son las situaciones
peligrosas o que incitan al consumo y desarrollar estrategias para evitarlas
así como proveerle de conductas alternativas. Sin embargo, si se encuentra sin
desearlo en una situación potencialmente peligrosa, como podría ser, por
ejemplo, encontrar por la calle a la persona que le facilitaba la sustancia que
consumía, tendrá que poder estar entrenado en estrategias de escape de estos
eventos.
3.
Conocer por qué: aunque los dos pasos
anteriores son fundamentales en un primer momento, de cara a que sean efectivos
en un medio o largo plazo, será necesario analizar qué circunstancias de la
historia personal del individuo le han llevado a recurrir a estos patrones de
conducta. Poder darle un sentido a por qué actúa de esa determinada manera no
sólo es fundamental para tomar una mayor consciencia del problema, sino que
será necesario para poder cambiar las dinámicas que repetía esta persona que le
llevaban a sostener una adicción.
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