jueves, 22 de septiembre de 2016

Las 4 condiciones para mejorar tu rendimiento al preparar el PIR



Hoy en día existen una gran cantidad de técnicas de estudio que se pueden adaptar a las necesidades de cada uno. Existen algunas que se basan más en aprovechar la parte visual, como los esquemas o el subrayado, y otras en la parte auditiva, como hacer ciertas rimas con la información a memorizar o incluso cantar los temas. Además, es fácil escuchar consejos de unos y de otros sobre qué puede funcionar para aprovechar mejor las sesiones de estudio.  
El objetivo de este artículo es exponer las cuatro condiciones que, sistemáticamente, han demostrado ser útiles para estudiar, es decir, para entender y memorizar la información con la que trabajamos. Alguna de estas claves seguramente será más conocida que otras, pero allá vamos:

1. Prestar atención. Es fundamental que durante las sesiones de estudio eliminemos cualquier tipo de distracción que pueda cambiar el foco de nuestra atención. Si por algo se caracteriza nuestra sociedad actual es por tener múltiples fuentes de información que reclaman de nuestra atención constantemente, entre otros tenemos, el móvil, la tablet, el ordenador o la televisión. Por ello, lo mejor será que antes de comenzar a estudiar nos aseguremos de que todos estos aparatos están desconectados o que no estén accesibles para que evitar desconcentrarnos con frecuencia. Además, es muy recomendable estudiar en zonas tranquilas donde podamos tener la seguridad de que no seremos interrumpidos por conversaciones de otros y cuestiones similares. Por ello, para poder asimilar la información es clave poder estar concentrados durante el tiempo necesario, sin distracciones.

2. Generar interés por lo que se estudia. Se sabe que aquello que despierta nuestro interés de forma genuina es mejor asimilado, probablemente porque también acabemos prestando una mayor atención y porque es congruente con toda una serie de esquemas cognitivos que facilitan la asimilación de la información. Es cierto que no siempre aquello que estudiamos nos resultará atractivo, pero sí podemos hacer un esfuerzo por dotar de un mayor interés lo que estudiamos, encontrando aquellos puntos que nos resulten más interesantes o que llamen nuestra atención. Es una cuestión de actitud!

3. Hacer conexiones. Una de las formas más potentes de retener información nueva y refrescar la que tenemos almacenada en nuestra memoria a largo plazo es hacer el trabajo de conectar la información que estemos estudiando en ese momento con otra que esté relacionada. Esto suele ocurrir de forma natural, pues normalmente al estudiar evocamos información relacionada que previamente hemos leído. En este caso, el consejo consiste en detenernos a hacer esta tarea de conectar toda la información, como si de una red se tratara. Sin duda será un tiempo muy bien invertido.

4. Practicar con la información y repasar. Poner en práctica o usar la información que hemos estudiado tiene un doble efecto, por un lado garantiza que hemos comprendido bien lo que hayamos estudiado y en el propio proceso de emplear la información entenderemos mejor algunos aspectos que se nos hayan podido pasar. Esto se puede realizar de múltiples maneras, como  los simulacros o la resolución de preguntas relacionadas con el asunto en cuestión. Por otra parte, la importancia de repasar es vital en el estudio, pues con buenos repasos garantizaremos no olvidar lo que estudiamos. Aquí la clave es saber cuándo repasar, que no sea ni con demasiada frecuencia con lo que perderíamos tiempo para avanzar en materias nuevas, ni haciéndolos demasiado espaciados, corriendo el riesgo de olvidar la información. Para ello, desde CEDE os ofrecemos las herramientas de CedeExam y CedeMemory, donde estos mismos principios se ponen en práctica.

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