La
victimización es un tipo especial de experiencia vital negativa que está al
margen de otros factores estresantes y que supone el daño que a un individuo le
causan otros seres vivos. El maltrato infantil es un tipo de
victimización y como tal hay que conocerlo y tratarlo.
En la
actualidad, el maltrato es un problema psicosocial de difícil envergadura, ya
que un considerable sector infantil sufre
agresiones de manos de sus padres. Pero aunque hoy en día se preste mayor
atención al maltrato infantil, a lo largo de la historia no ha sido considerado
como un problema por ninguna cultura ni en ningún período de tiempo. De lo que
no cabe duda es de que los malos tratos permanecen hasta nuestra época debido,
entre otras cosas, a las creencias
erróneas y a la ignorancia por parte de los padres de las necesidades físicas y
emocionales de los niños. Algunos padres
piensan que los niños son una propiedad de ellos y que pueden hacer lo que
crean conveniente al igual que justifican los castigos físicos que son necesarios
para conseguir disciplina. En este sentido, cuando los hijos no eran deseados, la mortalidad llegaba a alcanzar
altas cuotas e incluso los niños eran vendidos como esclavos, muchas veces
por la necesidad económica. Asimismo, el infanticidio
no era una amenaza en determinadas culturas, ya que lo consideraban una forma
de controlar la natalidad.
Las medidas de protección frente al maltrato
ya aparecían en la época de los griegos.
Los filósofos siempre advertían de que los niños no debían ser maltratados
en las escuelas, si bien el cambio en
los puntos de vista culturales no llegó hasta 1825 en Nueva York. La Sociedad Neoyorquina
para la reforma de los Delincuentes Juveniles creó un refugio para los
niños abandonados y maltratados. Posteriormente, en 1871 se creó la Sociedad para la Prevención de la Crueldad Contra
los Niños, no siendo hasta 1909 cuando se funda la Asociación Americana
para el Estudio y la
Prevención de la Mortalidad Infantil .
Previamente a la fundación de estas sociedades, Tardieu (1868) describió por
primera vez el síndrome del niño
maltratado basándose en autopsias de 32 niños quemados y golpeados hasta la
muerte. En el mismo año, el Hospital for Sick Children de Londres prestó atención a la cantidad de
fracturas múltiples que sufrían los niños. No obstante, tuvieron que pasar muchos años hasta que se establecieran las causas de
lesiones físicas infantiles, de índole traumática, provocadas por la violencia.
Otro autor llamado Kempe (1979) organizó un simposio sobre el síndrome del niño
golpeado presentando los puntos de vista pediátrico, psiquiátrico, legal y
radiológico y marcando con ello un antes y un después en la historia de los
niños maltratados.
Actualmente
no sólo se pretende reivindicar los derechos de los menores y la persecución de
los maltratadores, sino también intentar prevenir y atender las necesidades
psicológicas y sociales de la infancia maltratada. Se asume que:
1. El
maltrato infantil es un tipo de victimización que implica una experiencia
personal de daño infringido por otra persona. Una adecuada definición de
maltrato infantil sería la que recogiese toda
forma de violencia, perjuicio o abuso físico o mental, descuido o trato
negligente, malos tratos o explotación, mientras el niño se encuentra en
custodia de sus padres, de un tutor o de otra persona a su cargo.
2. Existen
diferentes tipos de maltrato entre los que destacan: el maltrato/abuso físico,
el abandono o negligencia, el maltrato emocional, el abuso sexual y otros
(explotación, maltrato institucional, corrupción, maltrato prenatal, etc.). El
maltrato físico es el que más impacto provoca en la sociedad debido a sus
manifestaciones físicas (magulladuras, hematomas, mordeduras, quemaduras, etc.)
3. En la
epidemiología del maltrato infantil las tasas oscilan entre el 0,2% y el 1,4%
de la población menor de 18 años. Lo más frecuente es de negligencia y, en
segundo y tercer lugar, el maltrato emocional y el físico. Las niñas sufren mayor abuso sexual y
explotación que los niños, pero estos sufren mayor índice de maltrato físico.
En cuanto a la edad la mayoría se sitúan entre los 11 y 15 años.
4. Las secuelas
médicas y psicológicas que presentan los niños maltratados físicamente son:
retrasos en la adquisición del lenguaje y lectura, problemas escolares, retraso
del desarrollo psicosocial, retraimiento en las relaciones sociales, conductas
agresivas y antisociales, hiperactividad y trastornos emocionales tales como
depresión, ansiedad y distimia.
5.
Los
Servicios Sanitarios tienen una gran labor en la detección y notificación de
casos y los Servicios Sociales en la intervención y atención al niño y su
familia.
Los
niños representan el futuro de nuestro mundo y sólo creando unos entornos de
seguridad, afecto y respeto huyendo de prácticas aparentemente educativas
punitivas podemos contribuir a un adecuado desarrollo social y de su
personalidad.
Lectura
recomendada
Navas, E. y Muñoz, J. J. (2004). El maltrato
físico en niños: consecuencias psicopatológicas e intervención. Anales de Psiquiatría, 20, 400-411.
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