viernes, 26 de mayo de 2017

“No desperté y el sueño se hizo realidad”


Momento en que sabes que una de esas plazas es tuya y momentos posteriores
 de decisión de hospital y adjudicación del mismo.

No es la primera vez que comparto mi experiencia con vosotros compañeros, pero hasta la fecha todo había sido preparación de estudio, métodos, recursos utilizados, sensación de exámenes, constancia…etc., por suerte y al fin, puedo contaros algo más, no menos interesante pero sí seguro, ¡más emocionante! Y es, el momento soñado, ese momento en el que piensas tantas noches y tantas mañanas al levantarte para concienciarte de que ese día valdrá la pena porque este momento llegará; sí, el momento en el que te llega el correo y ves que tu nombre, apellidos y DNI están vinculados a un número de orden inferior al número de plazas convocadas. Miedo y alegría se unen porque puede haber un error pero puede que eso que ves, sea cierto, y por ello hayas conseguido tu sueño, así que lo miras todo con lupa no una ni dos veces, si no unas cuantas, y evidentemente como no estás sólo en ese momento, corroboras con otros “observadores” la fiabilidad del mismo y una vez ya  consideras que sí, que es verdad, que estas dentro, en  mi caso la palabra más repetida fue “Bua Bua Bua Bua” Madre Mia!!  Qué sí qué sí! (Estos dos, tres minutos los recuerdo como los más emocionantes de mi vida, hasta la fecha)

Besos y abrazos te inundan te pasan por la cabeza millones de cosas; ¡es un éxtasis! Además de no saber muy bien qué hacer ni qué decir en ese momento, tienes la piel de gallina, el estómago cerrado y las horas de vigilia aumentan considerablemente durante unos días, con ello os quiero decir que me costaba comer y por supuesto dormir, pero las ojeras del día siguiente…ni me las tapaba, eran “ojeras de satisfacción”.  Cierto es que la disminución del apetito me duró poco (se convierte en incompatible con el montón de celebraciones que te pegas), pero lo del sueño llegó al punto de casi preocuparme porque la verdad es que me costaba muchísimo conciliarlo… aunque tenía claro que era porque no podía dejar de pensar en lo que estaba pasando, y como todos sabemos…resulta complicado conciliarlo si no paras de “darle al coco”.

Dar la noticia a amigos, antiguos compañeros de piso, familia, que tu familia también lo pregone (hay que asumirlo, lo harán…) es tan satisfactorio... Ir por la calle andando y que, al ser de un pueblo, te den la enhorabuena...a veces, me sentía embarazada aunque sin llegar a niveles de pseudociesis, no os alarméis. Di la noticia en mi trabajo pero decidí no dejarlo hasta pocos días antes de la incorporación (trabajaba de psicóloga), lo que si hice es cogerme las vacaciones para comenzar el “tour PIR” (más abajo entenderéis el porqué de esta nomenclatura).

 Los momentos, días y semanas posteriores a la noticia pasan por, entre otras cosas, numerosas llamadas a la academia para asesorarte de todo lo que viene ahora, que esto sí, es completamente desconocido, ahora no habrá manuales que valgan, ahora eres tú el que debe ir “moviendo ficha”. Mi academia Cede, me asesoró y respondió, como siempre, a la infinidad de llamadas o correos que pude hacer para preguntarles dudas sobre el proceso que venía ahora. “Básicamente” y pongo esta palabra entre comillas porque parece básico pero no lo es, iba a ser ESCOGER hospital, escoger claro, porque mi número de orden me lo permitía, tuve el mejor noveno examen pero por expediente (1,9) me fui al puesto 21, una posición que me permitía la posibilidad de escoger entre hospitales que podían ser de mi interés.

Escoger es algo que evidentemente, pues ni te planteas, sí que cuando piensas en el PIR, te visualizas en el hospital y probablemente si tienes una estabilidad personal o una situación familiar por la cual no decides desplazarte de tu lugar de residencia pues seguramente ese hospital donde te visualices sea el de tu propia ciudad, pero ese caso no fue el mío y ahora os explico. Te encuentras con que tienes que valorar varias cosas; destino, hospital y preferencias personales… Recién sucedida una ruptura sentimental, sin ligámenes de ningún tipo y con la ambición personal que tengo de conocer mundo, personas y maneras de vivir (que aunque dentro de España las hay muy diferentes), mi mayor problema fue decidir el destino; me planteé Madrid y Andalucía como primeras opciones; Comunidad Valenciana y Baleares también tenían muchos puntos, lo que descarté desde el primer momento fue Cataluña.

A priori el destino estaba muy claro, Madrid era mi primera opción así que cogí las vacaciones en mi trabajo haciéndolas coincidir con los días de puertas abiertas que había en Madrid y planee la visita a la ciudad. El plan fue: billete de AVE (sólo ida, por si acaso), lugar para dormir, organización de visitas a hospitales, quedadas con compañeros PIR y lo que ello conllevaba…Diversión, nuevas amistades, contagio de alegría y emoción al igual que de dudas e incertidumbre. En un par de días visité ocho hospitales, al tercer día de estar en Madrid una compañera me propuso si quería ir a las puertas abiertas de Zaragoza, pensé que sería buena opción así que subí con ella para Zaragoza. Los hospitales de la ciudad aragonesa me encantaron; las rotaciones que se hacían, al ambiente que transmitieron los residentes. ¡Vaya dilema me generó!

De un lunes de finales de Marzo que bajé para Madrid, llegué un Viernes a mi casa LLENA de dudas. Ese fin de semana decidí pasarlo “en cuarentena”, ya que había estado fuera todos esos días y llegué no solo cansada si no que algo agobiada porque “no sabía por dónde tirar” para la elección; tenía muchas dudas y en ninguna de las dos ciudades había tenido la sensación de decir “tiene que ser aquí”. Decidí no moverme, tomarme esos dos días para estar tranquila, relajada y pensar en toda la información que había recopilado y qué hacer con ella, qué contemplar e intentar tomar una decisión en lo que se refería a mi primera opción de hospital y por ello, de ciudad.

Los hospitales que había visitado me encantaban pero me faltaba algo, sentía que si me quedaba en una de esas ciudades la decisión no sería “plena”. Me encanta la playa, la montaña, tener al abasto parajes de naturaleza donde sin mucha complicación poder acceder un día por la tarde al salir del hospital; veía complicado ir a la playa después de trabajar en Madrid o Zaragoza, básicamente, y la sensación de falta de plenitud venía de ahí. Entonces decidí informarme de Valencia y Baleares. Una vez recopilada información de hospitales de estas otras dos comunidades tenía seriamente que tomar una decisión. Los días pasan, compañeros que están en posiciones más atrás que la tuya se inquietan por saber que “les quedará” y yo hecha un echa un lío serio, porque mi preferencia que era Madrid, después de estar allí se había descuadrado totalmente así que tocaba reubicar y considerar alternativas.

Parecía no tan complicado el PIR después de conseguir la plaza pero el hecho de poder “escoger” sí, es una gran ventaja y una gran suerte pero en mi caso fue un poco “desespero”; cuando no tienes ninguna atadura, que no te importa bajar a Sevilla como quedarte en Zaragoza y que te gustan tantas cosas de diferentes sitios… Vas a tener que vivir como mínimo cuatro años en esa ciudad, y evidentemente tu vida personal también avanza por lo que debes contemplar también para la elección del hospital, preferencias personales. No tiene sentido ir a un hospital que “es prestigioso” y parece ser “el mejor” si está en una ciudad que sientes que te van a faltar “cosas”  por ejemplo, la costa. Como todo en la vida no se puede tener, teniendo en cuenta lo anterior, y siendo que Valencia y Baleares por el tema de rotaciones se me quedaba algo flojo, como última opción decidí informarme por hospitales de Cataluña, Barcelona y Girona. Conocía ambas ciudades, son  preciosas, pero en un principio las había descartado porque no me apetecía volver a Barcelona (yo estudié allí tres de los cuatro años del grado, el otro en Sevilla) y sentí que qué mejor oportunidad que con un PIR debajo del brazo para conocer otra gran ciudad.

Y ahora viene lo bueno, terminó siendo mi primera opción de la lista un hospital de Barcelona el cual se me adjudicó. Sí, enserio, una opción muy descartada, en un principio. Pues hoy en día ya vivo en la ciudad de Barcelona, en un barrio que me encanta, tengo la playa a escasas paradas en metro desde mi casa y el hospital a un par, estoy feliz con mi decisión y volvería a tomarla una y mil veces. El hecho de quedarme en Barcelona no ha conllevado hacer la residencia en un hospital “peor”, seré residente del Hospital Vall d’Hebron de Barcelona. A escasas horas de mi incorporación puedo deciros que siento que aquí sí, este es el lugar y me siento plena con mi decisión.

Con todo ello os quiero decir, que no cometáis el error que estaba cometiendo yo, no todo es el hospital, es bueno no tener ninguna atadura en el caso de que “te toque donde te toque”, si es así, no va a haber problema pero si se puede escoger y una de las primeras opciones va a ser casi seguro que te toque os daría el consejo, después de mi experiencia, de que lo hagáis pensándolo todo… Todos buscamos la felicidad, el PIR da mucha felicidad pero cuando consigues plaza como os he dicho, tienes que ser tú quien “mueva ficha” y ello implica decidir dónde ir, así que os diría que tengáis en cuenta estas tres cosas: Hospital, ciudad y preferencias personales. Intentar cuadrar estos tres vértices será determinante para vuestra decisión.

Después de esto, os dejo presentando a Laura, compañera que va a comenzar su residencia en el Clínico San Carlos de Madrid, os va a contar su experiencia sobre esos primeros días del hospital. Yo en unos días sigo contándoos sobre rotaciones y más. 
Un saludo a tod@s y gracias por leernos. Ánimo y fuerza. ¡Es posible!


A veces queremos correr más que nuestros pensamientos incluso que nuestros propios sentimientos, pero el destino se adelanta, se nos presenta escrito y contra eso no se puede luchar.
Gracias.


miércoles, 24 de mayo de 2017

Disponible App Cede Pir GO!



Está disponible la nueva aplicación móvil para las plataformas Android y IOS!


  • INFORMACIÓN APLICACIÓN
La pueden descargar:

a) TODOS los alumnos de CeDe que tengan en su curso incluido CedeMemory (acceso total a todas las funciones de la aplicación).  

b) Cualquier otro usuario - no alumno de CeDe - (accederán a una muestra de la aplicación).

Con esta nueva aplicación, los alumnos podrán estudiar las tarjetas introducidas en la plataforma web de CedeMemory mediante sesiones de estudio. Dentro de una sesión, las tarjetas se irán mostrando secuencialmente, y después de ver las respuestas, el alumno deberá indicar simplemente si las recordaba correctamente o no. 

Todos los usuarios de esta aplicación, también recibirán notificaciones instantáneas de novedades, noticias,convocatorias, plazas, avisos, calendarios, simulacros, etc. relacionado con la preparación PIR.

*Ambas aplicaciones (CedePIR GO!, CedeMemory) son totalmente independientes, es decir las tarjetas estudiadas/estadísticas no se fusionan.

** En CedePIRGO! están disponibles únicamente las tarjetas del bloque PIR 2017 (actualmente hay 5 áreas disponibles, próximamente incorporaremos el resto).


  • DESCARGA APLICACIÓN:

Se pueden descargar en:
- Usuarios Androidhttps://play.google.com/store/apps/details?id=es.cede.cpgo
- Usuarios  Apple: https://itunes.apple.com/es/app/cedepir-go/id1230576101?mt=8

También se pueden buscar directamente en Google Play y App Store.

* El usuario y la contraseña son los mismos que para la aplicación CedeMemory.
* El resto de usuarios tienen que rellenar un formulario (inicio pantalla app) para poder acceder a las tarjetas de algunos temas de dos áreas).



  • USO APLICACIÓN



Se contemplan cuatro tipos de sesiones:
Estudio por tema/área: estudio de todas las tarjetas de un tema o área.
* Repaso rápido: estudio de un número fijo de tarjetas aleatorias de un tema o área.
* Repaso global: estudio de un número fijo de tarjetas aleatorias seleccionadas de entre todas las áreas.
* Preguntas falladas: estudio de un número fijo de tarjetas de entre las más falladas por el alumno.


Esta aplicación también genera una serie de estadísticas que  permitirán al alumno conocer su progreso: Número de sesiones de estudio / día; Número de respuestas (sí/no) / día; Temas estudiados / día; Temas más fáciles y más difíciles para el alumno. Además los  alumnos podrán obtener Logros  y Retos al realizar determinadas acciones en la aplicación como: estudiar un número determinado de tarjetas en un mismo día; estudiar tarjetas de un número determinado de temas distintos en un mismo día; entrar en la aplicación durante varios días de forma consecutiva; estudiar un porcentaje determinado del total de tarjetas; responder “Sí” consecutivamente a un número determinado de tarjetas; responder “No” consecutivamente a un número determinado de tarjetas










lunes, 22 de mayo de 2017

Experiencias alumnos CEDE que han conseguido plaza Convocatoria 2016. Natalia Rabanal Alascio


NATALIA RABANAL ALASCIO: "NO SIN EL CEDEMEMORY"
Puesto nº 50. Convocatoria 2016. 
Expediente: 2,6666
Aciertos: 196 Fallos: 27, Sin contestar: 2

Mi nombre es Natalia y soy la plaza 50 de esta última convocatoria (2016).

Me gustaría contaros mi experiencia de preparación con la aplicación del CedeMemory, ya que considero que ha sido una parte fundamental en la clave de mi éxito. Son dos convocatorias las que necesité para sacar la plaza y desde la primera ocasión opté por hacer uso de ella. Se trata de una aplicación que consta de tarjetas virtuales que permiten un repaso diario de “todas” las áreas que ya lleves estudiadas. Me explico: yo empecé a hacerlas en torno a Julio-Agosto puesto que empecé el curso en Mayo en ambas convocatorias y ya tenía algunas áreas estudiadas. Comencé a hacer tarjetas de aquella área que me había estudiado y me parecía más fácil (personalidad en mi caso).

El número de tarjetas diarias es una cuestión personal y de tiempo, pero yo trataba de dedicar diariamente a la aplicación en torno a 3 horas de estudio. Quizás estéis pensando que es una locura, que cómo vais a perder ese tiempo de estudio, etc., pero no olvidéis que no solo es importante almacenar información sino ir recuperando la que ya habéis adquirido, porque sino es muy probable que a la tercera área que te estudies no recuerdes ni la mitad de la primera. Cuando digo que se trata de una aplicación de uso diario me refiero a que, la posibilidad que te ofrece de que te vaya recordando las preguntas cada X días en función de lo fácil o difícil que te haya resultado evocar su respuesta, “exige” que te conectes todos los días para que puedas seguir fortaleciendo tus huellas de memoria e ir generando otras mediante la realización de tarjetas nuevas. Dándome la libertad de aventurar vuestras sensaciones, si finalmente decidís entrar en la aplicación y hacer alguna pregunta os acecharán pensamientos del tipo: “esto no lo tengo en los apuntes” o las que son más comunes: “tardo un montón en contestarlas, acordarme de todas va a ser imposible”.

Pues bien, yo también llegué a ese punto, y es que hay parte de verdad en esas afirmaciones. Sí, es probable que en algunos temas venga contenido (poco) que no esté en los apuntes, pero eso permite que tomes contacto con la realidad del PIR, no todo está en nuestros magníficos apuntes. Y sí, también es verdad que el tiempo invertido en las tarjetas nuevas es quizás más del que esperas, pero puedo asegurar sin dudar que cuando lleves dos semanas machacando esas tarjetas te asombrarás de la realidad de la capacidad ilimitada de nuestra memoria a largo plazo y de la rapidez que brinda el procesamiento automático.

Con todo ello solo pretendo animaros a que uséis la aplicación y no la abandonéis a mitad de camino, es tanto más potente conforme pasan las semanas y de cara al examen son una ventaja a gran escala: recuerda que el PIR es una prueba de reconocimiento y tú estás generando recuerdo libre. Desde aquí os mando mucha fuerza: sí se puede.

jueves, 11 de mayo de 2017

Cuando la Mente Sufre: Explicando la Esquizofrenia (parte IV)

Por Dr. Juan Jesús Muñoz García, Profesor de Psicología Clínica de CeDe





La esquizofrenia se engloba dentro de los denominados trastornos psicóticos. Como se ha dicho previamente, supone una ruptura de la persona con la realidad. Se trata de un trastorno mental grave y generalmente crónico que se caracteriza, sobre todo, por alteraciones en el sistema perceptivo y, por consecuencia, en la comprensión de la realidad. Esta sintomatología va a condicionar la relación del individuo con su entorno derivando en una dificultad sostenida para mantener conductas motivadas y dirigidas a metas, así como una significativa disfunción social. Bien es cierto que, aunque esta enfermedad aparece típicamente al final de la adolescencia y principios de la etapa adulta, puede haber determinadas variables temperamentales y de carácter en la infancia y niñez que determinen la sospecha de la posibilidad de aparición del trastorno en el futuro. En todo caso, el curso de la enfermedad, por su cronicidad, suele producir importantes y desastrosas consecuencias para quien la padece en las esferas fundamentales de la vida.

Sin la pretensión de un análisis histórico exhaustivo del concepto de esquizofrenia, sí conviene señalar los autores clásicos más importantes en el abordaje de la misma. En este sentido, en el año 1898 aparece la figura de Kraepelin, quien habló de una patología llamada “demencia precoz” que, en la práctica, no dejaba de ser un subtipo de lo que hoy llamamos esquizofrenia. Posteriormente hubo autores más precisos y con un abordaje más profundo de esta temática. Destaca, sobre todos, la figura de Bleuler, quien acuñó el propio término de esquizofrenia.
La esquizofrenia se caracteriza por una serie de síntomas que, habitualmente, son: delirios –creencias irracionales-, alucinaciones –generalmente auditivas-, trastornos afectivos –habitualmente sufrimiento-, problemas de conducta –p. e.: comportamientos disruptivos- así como lenguaje y pensamiento desorganizado. Con el tiempo, estas personas pueden terminar presentando otros síntomas como las ya mencionadas apatía, abulia o anhedonia.

Pese a la multitud de investigaciones que hay en torno a esta enfermedad, no se ha logrado descubrir una causa concreta y, en la actualidad, se considera que hay un conjunto de factores biológicos (p. e.: herencia) y ambientales (p. e.: consumo de drogas) que pueden contribuir a la aparición y mantenimiento de la enfermedad. Aunque pueda parecer un simplismo existen teorías de toda índole que no dejan de suponer exiguos acercamientos al fenómeno. Desde los haplotipos de la genética a las disfunciones dopaminérgicas cerebrales pasando por la emoción expresada y confluyendo en los modelos de diátesis-estrés todo condimentado con la vulnerabilidad derivada del abuso de cannabis. Al final pueden aparecer unas u otras causas y expresarse la patología siguiendo la máxima de a mayor número de factores más probable es que aparezca esquizofrenia, si bien en ocasiones no necesariamente ni fácilmente concurren circunstancias de este tipo.  

Por otro lado, uno de los datos más sorprendentes es que esta enfermedad afecta, aproximadamente, al 1% de la población mundial lo cual avalaría la idea de que, al menos, unos 70 millones de personas pueden estar afectados por la misma con diferentes niveles de gravedad. Añadido a esto, los trastornos del espectro psicótico suponen el consumo de la mitad de los recursos asignados a la salud mental en países desarrollados.

La presentación de la figurada de la historia de Pedro pretende servir de ejemplo paradigmático de lo que sería un posible proceso rehabilitador para una persona con una enfermedad mental grave, circunstancia que provoca un enorme sufrimiento a quien la padece y su entorno.
La aportación de cuidados óptimos en un entorno residencial adecuadamente diseñado puede ser una estrategia fundamental de cara a la reintegración de las personas que ven cercenada su vida por enfermedades de esta gravedad; ya que sólo comprendiendo el sufrimiento de los otros y poniéndonos en su lugar, podremos ser una fuente de apoyo y, al menos, una tentativa de solución a sus problemas.

Continuará




viernes, 5 de mayo de 2017

Un sentimiento eterno

Por Dr. Juan Jesús Muñoz García, Profesor de Psicología Clínica de CeDe



Existe un sentimiento o valor indescriptible que puede energizar nuestro comportamiento aunque también puede bloquearnos drásticamente. Tirando de retórica, podría decirse que a veces es visible simplemente con una conexión de miradas, palpable a través de unas caricias y audible intensamente con un minúsculo susurro. Cierto es que puede exaltar otras emociones y convertirse en una guía motivacional de nuestro comportamiento. Al fin y al cabo te impulsa cuando lo sientes, te guía cuando lo experimentas, te consuela cuando es sincero y te completa cuando es recíproco. Con nuestro matutino despertar, los párpados dejan de ocultar nuestros ojos que rápidamente anhelan visualizar a quien/es lo determina/n o cuanto menos abrir camino a pensamientos sobre esa/s persona/s. Qué curioso este sentimiento, aunque pueda basarse en muestras diminutas, paradójicamente incrementa exponencialmente nuestras ansias de crecer.

Afines a este valor son la sana amistad, el digno aprecio, la reflexiva dilección, la loable dignidad, la honrosa filantropía, el hermoso querer, la dulce ternura y la inquietante pasión. Antagónicos son la amarga antipatía, el obtuso enconamiento, la deleznable inquina, el perturbador odio o el amargo rencor. En ocasiones es tan exaltado que  puede provocar un mal con su nombre y facilita que consideremos que perdemos el tiempo si no se ve correspondido. La sabiduría popular dice que si es de madre es incomparable; atreviéndome a añadir que infinito, incondicional e increible. Por ello, derivando de tan inconmensurable fuente, lógico es que empodere  cuando lo otorgamos y recibimos, dinamite barreras y posibilite aparentes utopías.

Platón lo marcó con un carácter instrumental, al señalar que expresaba el deseo de lo que no se tiene, aburriéndonos cuando lo alcanzamos y convirtiéndolo en un desecho a reclamar posteriormente. No puedo más que hacer un guiño de ojos a esta aseveración con tantas y tantas situaciones que nos suceden a todos. Lo que parece obvio es que  supone  algo que no decidimos con toda nuestra conciencia ni volición. Kant distinguió entre el práctico y el patológico, línea que me permito adoptar. Considero que si es puro, necesariamente vendrá tildado por lo irracional, cierta impulsividad y ningún vestigio de pragmatismo. Como casi todo en la vida, en dosis comedidas puede ser increíble, pero una cantidad ingente del mismo nos puede abocar a comportamientos desquiciados y carentes de sentido, dominando nuestro intelecto y emociones, contribuyendo a enturbiar nuestra percepción del mundo y abocándonos a ser una amalgama de deseos. Invadido por el pragmatismo, me permito aconsejar la expresión real de este sentimiento desde un sempiterno respeto a los demás y anteponiendo nuestra identidad en forma de la expresión de nuestras creencias y valores más arraigados.

También hay quienes dudan acerca de si verdaderamente existe, otorgando un frío y pragmático sustrato hormonal que implicaría la búsqueda de personas por mera necesidad cerebral. Siento la necesidad de huir de tan vacuo aporte, máxime al hablar de algo que puede entrar por los ojos pero rápidamente se aposenta en nuestro interior para encender una llama que, bien avivada, alivia y cura. Cuando nos vemos sometidos al infortunio y las sombras se ciernen sobre nosotros puede haber una luz que nos ampare y aleje de lo fatídico. Esa es la luz que aporta este sentimiento. Intensas palabras que derivan de Víctor Hugo y su emocionante Los Miserables, donde Jean Valjean redime continuamente lo que perturba su conciencia y nos muestra como desde la humildad, los buenos sentimientos y la capacidad para aprender de nuestros errores, se generan fortaleza, hay una deriva hacia el bienestar y se dignifica nuestro espíritu. La protección otorgada a Fantine, la dedicación a su hija Cosette o el manto protector dado a Marius, amén del perdón a Javert, su implacable perseguidor; definen a Valjean como un ser humano lleno de esta entrega y dedicación a los demás que caracteriza a los seres humanos llenos de este sentimiento.

Llegados a este punto, cómo evitar nombrar aquello que ahoga nuestros ojos cuando pensamos en que desaparece quien lo recibe o se debilita su identidad por avatares aparentemente inmutables. Aunque a veces cuesta reconocerlo y, por tanto, nombrarlo; a estas alturas es imposible que no sepas que hablo de amor, un sentimiento eterno.

Lectura recomendada
Hugo, V. (1862, ed. 2007). Les Miserables.  London: Penguin.

miércoles, 3 de mayo de 2017

Cuando la Mente Sufre: Aliviando la Esquizofrenia (parte III)

Por Dr. Juan Jesús Muñoz García, Profesor de Psicología Clínica de CeDe




Cuando Pedro ingresó en este dispositivo debido a la gravedad de su enfermedad mental presentaba una serie de factores de riesgo o problemas que contribuían a un mal pronóstico terapéutico:
-  Relaciones familiares deterioradas con sus padres y hermanas
-  Desocupación y abulia.
-  Soledad.
-  Exceso de normas en el hogar y estilo educativo sobreprotector así como punitivo. 
-  Expectativas elevadas e irracionales propias respecto a su proceso de recuperación.
-  Reticencia a los tratamientos farmacológicos con crítica desmedida de los mismos.
En el polo opuesto estarían los llamados factores de protección frente a una descompensación psicótica y/o recaída en la esquizofrenia y que preconizaban la posibilidad de un buen pronóstico terapéutico:
- Tener una propiedad privada (piso) a su nombre que le habían logrado comprar sus padres.
- La buena adaptación que mostró al ingreso, independientemente de los problemas de conducta que presentaba en su hogar.
-  La escasa repercusión funcional de la sintomatología psicótica a excepción de la apatía y abulia.
 El buen conocimiento de los fármacos antipsicóticos que presentaba pese a sus reticencias a los mismos y el óptimo insight y adecuación en su toma.
Su facilidad para comunicar cambios y/o alteraciones psicopatológicas confiando en los profesionales que le rodeaban.
A partir de estas variables, se diseñó un Plan Individualizado de Rehabilitación (PIR) que tenía la finalidad de reinsertar a Pedro en el medio natural. La existencia de esta forma de intervención tiene que ver con diversos cambios que se dieron en el modelo de atención a las enfermedades mentales graves y duraderas en relación a una Reforma en la Psiquiatría Española que comenzó en el año 1986 a través de fomentar la creación de un marco de atención a la persona con enfermedad mental grave y duradera.

El objetivo final del PIR Pedro era su reinserción en un dispositivo comunitario del tipo de un piso tutelado. Como aspecto más urgente a intervenir, en la evaluación inicial, se consideró necesario motivar para la consecución del anterior objetivo ya que ni siquiera lo contemplaba como apetecible. Referente a los objetivos específicos de su proceso rehabilitador, se plantearon los siguientes, dándose la responsabilidad de su cumplimiento a diferentes profesionales:
-   Estabilización psicopatológica a través de la reducción de su sintomatología.
  Aumento de la motivación hacia la rehabilitación.
- Lograr un insight adecuado que permitiese comprender al paciente la necesidad de tratamiento psicofarmacológico con la menor supervisión posible.
-  Motivación del paciente en el desarrollo de una actividad ocupacional e implementación de la misma.
-  Génesis de una red social mayor a través del fomento de la integración socio-comunitaria.
-  Mejora de su capacidad de afrontamiento del estrés y entrenamiento en habilidades sociales complejas.
-   Entrenamiento para una vida autónoma.
En resumen, la consecución de los objetivos se realizó a través de la implementación de terapias individuales y grupales (educación para la salud, psicomotricidad, psicoeducación, psicoterapia cognitivo-conductual, autocontrol, lavado y plancha, cocina…) durante un período de unos tres años. Conforme se iban cumpliendo unos objetivos se pasaba a otros que implicaban mayor autonomía hasta que pudo prepararse a Pedro para un plus de autonomía que permitiese su reintegración en la sociedad.  Se profundizó en sus habilidades de limpieza, cocina, planificación del gasto, gestión del tiempo libre, relaciones con otros compañeros (un total de cinco) así como otros aspectos relacionados con su integración social y comunitaria. Del mismo modo, complementario a terapias psicoeducativas propias de la fase previa de intervención, se entrenó al paciente en la autoadministración de medicación y control de otras variables somáticas (p. e.: controles de glucemia).

El resultado final de todas las terapias (farmacológicas y psicosociales) produjo una situación actual en la que Pedro vive en un piso tutelado. Su proceso rehabilitador se ha concretado en diferentes acciones que han permitido que pese a su internamiento inicial por un plazo indeterminado, haya podido reincorporarse al medio externo.

En su nuevo domicilio cuenta con supervisión durante un período de máximo de una hora semanal (distribuida en dos visitas) por parte de un profesional del ámbito social. Acude de forma regular a un Centro de Día (dispositivo social comunitario) donde pese a un periodo de reticencias iniciales ha logrado integrarse desarrollando tareas que le resultan satisfactorias.

Por otro lado, es absolutamente autónomo para la toma de medicación y muestra claros indicadores de conciencia de enfermedad en el sentido de mostrar buen conocimiento y adherencia a los fármacos.

Referente a su autonomía, es absolutamente independiente y realiza adecuadamente todas las tareas y actividades necesarias para llevar una vida autónoma. En el ámbito relacional también se han producido mejorías, entablando una buena amistad con alguno de sus compañeros del piso tutelado.

Por último, los niveles de satisfacción subjetiva de Pedro son elevados y se muestra muy agradecido por los progresos de su caso y por el trabajo rehabilitador que se ha realizado.
A modo de conclusión, si bien este caso es una ficción, bien pudiera ser el camino de muchas personas que, afectadas por una enfermedad mental grave y duradera como la esquizofrenia, logran la posibilidad de una vida lo más normalizada posible. Sólo con el esfuerzo conjunto de todos los estamentos de la sociedad se pueden paliar las devastadoras consecuencias de la enfermedad.

Continuará…