jueves, 16 de enero de 2014

Hoja de ruta al título Psicólogo Clínico

PROCESO QUE SE SIGUE DESDE QUE SE REALIZA EL EXAMEN PIR HASTA LA OBTENCION DEL TITULO DE ESPECIALISTA EN PSICOLOGIA CLINICA: CORRECCION, IMPUGNACIONES, RESULTADOS, ELECCION DE PLAZA,…….

Con el objetivo de realizar un último “ensayo” de examen y completar tu preparación, CeDe ha programado un simulacro para el día 22/01/2014, que podrán realizar todos los candidatos que van a presentarse al examen, no es necesario ser alumno de CeDe.

EL DIA del EXAMEN (01/02/2014) a las quince treinta horas (catorce treinta en Canarias), deberás estar en el aula de examen. Los miembros de la Mesa desprecintarán las cajas donde se encuentran los cuadernillos y repartirán a cada participante el suyo, previa identificación, con la versión que le haya tocado, colocándole de tal forma que no pueda “copiar”.

Al final del examen entregarás la plantilla de respuestas firmada y te quedarás con una copia de la misma así como con el cuadernillo.

Una vez recogidas todas las plantillas de examen y precintadas las cajas, son recogidas por la empresa de seguridad y transportadas al lugar correspondiente para ser corregidos y guardados para atender las posibles reclamaciones.

Ese mismo día, sábado  01/02/2014  la Comisión Calificadora, se reunirá en sesión permanente a partir de las 14:00 horas hasta las 22:00 horas, siendo en esa reunión en donde se aprueba el cuadernillo de preguntas y la plantilla de respuestas correctas, pudiéndose ya en esa reunión anular alguna pregunta. Entre los días 3/4 de febrero, CeDe publicará un informe con el análisis del examen, elaborado por el equipo de profesores, en donde se realizará una primera valoración del mismo.

La plantilla provisional de respuestas  correctas se hará  pública a primera hora del lunes día 10/02/2014. Si se anula alguna pregunta, esta es sustituida por la de reserva. A partir de este día CeDe procederá a corregir todas las plantillas que nos hayáis enviado, sacando al final del día una clasificación no oficial con el puesto obtenido. De esta forma podemos adelantar resultados previos sin tener que esperar al día 28. Por eso es muy importante nos lleguen muchas plantillas, y así serán más fiables los resultados. Esta corrección es totalmente confidencial.

Los días 11,12 y 13 de febrero se podrán presentar (de forma telemática), las reclamaciones que cada uno de los examinados considere oportunas,  exponiendo sus razones y aportando la bibliografía oportuna que lo avale. CeDe el día 12 procederá a exponer su informe con las preguntas presuntamente impugnables.

Posteriormente la Comisión volverá a reunirse el martes día 25/02/2014 para resolver las reclamaciones presentadas contra las preguntas, y aprobar la plantilla definitiva de respuestas correctas.

La corrección de los exámenes con la plantilla de respuestas correctas y la baremación de los expedientes académicos darán lugar a la publicación de los resultados provisionales, publicándose a primera hora del día 28/02/2014 y estableciendo un plazo de cinco días para efectuar reclamaciones contra las mismas.

¿Cómo se corrigen estas plantillas? Es un dato desconocido. Podría ser manual (son más de 4000) o de forma automática (creemos que no existen lectores ópticos que reconozcan tipografías manuales tan dispares), Creemos que utilizarán un sistema similar al que utiliza CeDe con sus simulacros y exámenes.

La primera lista de resultados es provisional, lo cual garantiza que se pueda reclamar la corrección efectuada (sea el método que sea), puesto que cada examinado tiene su copia del examen y una plantilla pública de respuestas correctas.

El día 25/03/2014 se harán públicas las listas definitivas de resultados, con el orden en que se procederá a la elección de plaza el día 8/04/2014. Para la elección de hospital, CeDe te proporcionará un dossier con la información de los hospitales, orden de adjudicación, contactos, etc. que te ayudara en esta tarea.


La incorporación a los respectivos destinos (hospitales) será entre los días 20 y 21/05/2014.


A partir de aquí vendrá la  toma de posesión, rotaciones, cursos, evaluaciones,  etc. hasta que el Ministerio de Educación emita el título que te entregara el Ministerio de Sanidad, transcurrido y superado todo el período de formación. Y ahora sí, el P.I.R. ha finalizado. Enhorabuena a todos los que lleguéis hasta aquí.


jueves, 2 de enero de 2014

Cuando los psiquiatras recetan ejercicio físico...


Hace dos años, un francés, llamado Robert Marchand, que ha combatido en dos guerras, ha sido bombero en París, ha trabajado de leñador en Canadá y después de jardinero hasta los 76 años, fue capaz de recorrer en un velódromo 24,251 kilómetros durante 60 minutos en bicicleta. Desde entonces, Marchand, que lleva una vida autónoma en soledad y hasta sigue conduciendo su coche, se ha sometido a un seguimiento científico por parte de fisiólogos franceses y a un riguroso plan de entrenamiento que le ha permitido, sorprendentemente, mejorar su forma física y su capacidad de rendimiento, pese a su envejecimiento. "Tiene un consumo de oxígeno de 35 mililitros por kilo y por minuto, que es el normal en una persona de 45 años", explica, admirada, la fisióloga Véronique Billat. "Y hace tres meses tenía el consumo de oxígeno de un hombre de 55 años… En nada ha ganado 10 años".

Para Billat no hay mejor ejemplo para mostrar los magníficos efectos que para la salud genera el ejercicio físico, y seguramente no la contradirán el tercio de personas centenarias que reconocen en cualquier estudio dedicado al asunto que en el ejercicio físico está el secreto de su longevidad. O tampoco le llevará la contraria Carmen, que se niega a decir su edad -"Vale, puede decir que más de 80", admite- y que todas las mañanas, de ocho a nueve, recorre el Retiro, el parque central de Madrid, en bicicleta. "Ando en bici una hora al día, por lo menos", dice. "Y los días que no lo hago me siento mal". 

Carmen, como diría algún especialista, genera química buena con el ejercicio que contrarresta todos los elementos negativos -sedentarismo, contaminación, estrés...- que la vida en las grandes ciudades en el siglo XXI lleva consigo. Pero más allá de esta obviedad, no inferior a la obviedad primera -enfermamos cuando dejamos de hacer ejercicio, por eso el ejercicio físico nos ayuda a sanar- que da origen al movimiento, en los últimos años se ha desarrollado entre médicos de todo el mundo y de todo tipo de especialidades un consenso para considerar la práctica de ejercicio físico no como un consejo que se da a un enfermo, como se le aconseja no fumar o no beber en exceso, sino como una prescripción con el mismo valor terapéutico que el del medicamento que a veces le receta también. Todo parte de una nueva obviedad: somos química, producto de reacciones químicas en nuestras células, de un juego de proteínas, y el deporte, el sudor, produce también reacciones químicas, como cualquier medicamento. El ejercicio previene y cura. 

Esto se cristaliza en algunos estudios con conclusiones que podrían llamarse de sentido común, como uno publicado en el International Journal of Sports Medicine y realizado con 11 personas, mujeres y hombres, entre 18 y 56 años, que hicieron el Camino de Santiago: 758 kilómetros en 30 días, a una media de 25 kilómetros al día y a un 56% de su frecuencia cardiaca máxima. A todos se les midió, antes y después, diferentes factores de riesgo de una enfermedad cardiovascular: proteína c-reactiva, colesterol, triglicéridos, presión arterial... Todos ellos perdieron peso (unos tres kilos de media), grasa, bajaron su presión arterial y mejoraron su capacidad cardiorrespiratoria. Y hay, en el otro extremo, estudios más sorprendentes, como uno anunciado recientemente en el congreso de Neuroscience en San Diego, que afirma que tres sesiones de ejercicio físico moderado durante el embarazo acelera el desarrollo neuronal y cerebral del recién nacido. 

Pero más allá de los estudios, manda la experiencia diaria de decenas de médicos que prescriben ejercicio para afecciones que, en teoría, no tienen nada que ver con el sudor o el cansancio. 

A Cristóbal Belda, oncólogo de Hospitales de Madrid, le llegan pocos pacientes cuyos síntomas no correspondan realmente a un cáncer. "Hay muchos filtros previos, pero aun así, de vez en cuando llega a mi consulta un paciente cuyos síntomas son más la somatización de una crisis de ansiedad o de angustia, sensaciones totalmente subjetivas, que manifestaciones de un tumor", dice Belda. "Y a todos ellos les receto de entrada, antes de recetarles un lexatín, unas buenas dosis de ejercicio". 

A muchos de los pacientes que no necesitan consulta ni tratamiento oncológico, las urgencias de los hospitales los derivan casi directamente a un psiquiatra, unos especialistas que, cada vez más, como Belda, prescriben química en forma de sudor y no en cápsulas. "Cuando prescribo ejercicio, los pacientes se quedan a veces un poco parados, pues muchos piensan que siempre que se va a un médico hay que salir con varias recetas en la mano, como si al no recetarles nada no se diera importancia a sus males. Sin embargo, cada vez lo aceptan mejor, lo admiten perfectamente, sobre todo como terapia complementaria. De día sudor, de noche pastillas", dice el psiquiatra Carlos Mur, director de hospital Psiquiátrico de Leganés. "Y lo hago convencido de su eficacia química, no solo, como se decía antes, para generarles a los pacientes una sensación subjetiva de bienestar. El ejercicio aeróbico, el running o el andar deprisa libera por un lado mioquinas, sustancias que influyen en los neurotransmisores y en las reacciones químicas que se desencadenan, por ejemplo, en casos de somatización por ansiedad, y por otro libera endorfinas, opiáceos endógenos con efectos relajantes y euforizantes. Generan la sensación de bienestar que todo el mundo siente al sudar. Activan los mismos receptores gabaérgicos que las benzodiacepinas, los ansiolíticos más comunes. El ejercicio ayuda a eliminar tensiones y somatizaciones en tejidos óseos y musculares, como la fibromialgia. Y libera adrenalina y testosterona, los principales ayudantes para generar situaciones de ansiedad, angustia y pánico. Hay que liberarse de la adrenalina". 

Mikel Izquierdo, catedrático y director del Departamento de Ciencias de la Salud de la Universidad Pública de Navarra, ha centrado su trabajo y sus investigaciones en la prescripción de ejercicio en la tercera edad. "Nuestro objetivo", dice, "es mejorar la capacidad funcional de enfermos de diabetes, obesidad, prevenir caídas y roturas de cadera. Con la implantación de la prescripción obligatoria de ejercicio en lugar de medicamentos en muchos casos se ahorraría miles de millones de euros al sistema de salud. El músculo es un órgano endocrino que ponen en marcha reacciones moleculares y libera sustancias vasodilatadoras, relajantes, estimulantes… El ejercicio provoca relajación muscular posterior, aumento de la temperatura corporal, aumento de la liberación de catecolaminas como la adrenalina, dopamina y serotoninas, cambio en las ondas cerebrales e incremento del flujo sanguíneo y oxigenación del sistema nervioso central". 

Más que de los mecanismos por los que el ejercicio actúa como un medicamento, Izquierdo prefiere hablar de ejemplos prácticos, cuenta, por ejemplo, cómo el ejercicio físico ayuda a frenar el desarrollo del alzhéimer, pues el entrenamiento de fuerza sirve para mejorar la función cognitiva y cuenta cómo en ciertos hospitales de Estados Unidos los pacientes renales se someten a hemodiálisis mientras pedalean en bicicletas estáticas. "Es una forma de romper el bucle: los enfermos se fatigan mucho porque no se mueven y, como se fatigan, no se mueven. No les mata el riñón, sino la fatiga y la falta de movimiento", dice Izquierdo, que ha coordinado el libro Ejercicio físico es salud, en el que se detalla la prescripción de ejercicio para tratar y prevenir enfermedades como la hipertensión, la diabetes, enfermedades cardiovasculares y enfermedad pulmonar obstructiva, osteoporosis, cáncer de colon, cáncer infantil, artritis reumatoide, fibrosis quística y depresión. 

Izquierdo pone otro ejemplo clarificador: "Un nonagenario que hasta entonces llevaba una vida autónoma e independiente funcionalmente ingresa en un hospital con neumonía. Del centro sanitario sale, por ejemplo, 10 o 15 días más tarde con la neumonía curada, pero tantos días de cama le han dejado tan débil (si no te mueves el músculo desaparece) que no puede ni andar y sale en silla de ruedas. Su capacidad funcional ha desaparecido. Esa persona morirá pronto, y no por la neumonía, que ya está curada, sino por vivir débil en silla de ruedas. Mucha gente no lo sabe, pero el mejor predictor de esperanza de vida es la capacidad de andar. Midiendo la velocidad de marcha de los ancianos se puede predecir, casi con precisión de una semana, cuánto van a vivir". 

SUSTANCIAS NATURALES Y REPARADORAS

- Contra enfermedades neurodegenerativas. El BDNF es una de las sustancias que fabrican los músculos durante el ejercicio y que tienen efectos positivos en el organismo. En este caso, el BDNF (brain-derived neurotrophic factor) aparece con ejercicio aeróbico moderado (por ejemplo, caminar a buen ritmo) y ejerce sobre el cerebro, ayudando a la plasticidad de las neuronas. Entre sus futuras aplicaciones médicas, todo según el investigador Alejandro de Lucía, estaría el complemento de tratamientos antidepresivos y la protección contra enfermedades neurodegenerativas. 

- Atrofia muscular. La IL-4 y la IL-13 (interleuquinas 4 y 13) llegan, por ejemplo, al levantar pesas, y podrían llegar a usarse en tratamientos contra enfermedades que cursan degeneración neuromuscular, como la distrofia de Duchenne. 

- Cáncer de colon. El complejo S100A8 - S100A9 (calprotectina) se fabrica al hacer ejercicio aeróbico extenuante como correr maratones, e inhibe el crecimiento de tumores. Se podría llegar a usar como terapia coadyuvante del cáncer de colon. 

- Antienvejecimiento. La visfativa (también conocida como NAMPT o PBEF) se produce al practicar ejercicio aeróbico y, aparte de actuar, como el resto de estas sustancias, sobre los propios músculos, lo hace sobre el tejido adiposo. Tiene potencial para ser utilizada en las terapias antienvejecimiento.

Autor: Carlos Arribas

jueves, 19 de diciembre de 2013

Los diagnósticos basados en los libros....

DSM-5&DSM-IV-TR
La revista Frontiers in Public Health ha lanzado recientemente una nueva sección dedicada al campo de la salud mental pública. El primero de los artículos publicados en ella, a cargo del profesor Wulf Rössler, de la Universidad de Zürich (Suiza), reflexiona sobre el impacto de las clasificaciones psiquiátricas en la práctica y la investigaciónen el ámbito de la salud mental. Como es seguramente bien conocido, la reciente aparición del DSM-5 ha avivado el debate, por otra parte siempre latente, de los beneficios y problemas que se asocian al uso de las clasificaciones diagnósticas de los trastornos mentales. Este es un tema que no sólo suscita interés entre los profesionales de la salud mental, sino también entre la población en general. El dictamen basado en estos “libros sagrados” de la psiquiatría y la psicología clínica tiene un impacto directo en las vidas de aquellas personas que cumplen con los criterios de alguna de sus categorías. Es un tema, por otra parte, que parece polarizar a los interesados en él, agrupados en defensores y detractores de las distintas clasificaciones o de enfoques alternativos, como se ha puesto de manifiesto en las redes sociales. Por eso, es especialmente destacable el planteamiento sereno y moderado que Wulf Rössler lleva a cabo sobre las clasificaciones psiquiátricas, las limitaciones de éstas, su impacto social y las propuestas para la mejora de las tareas diagnósticas.

En este sentido, el punto de partida es un dato que sin duda llama la atención: progresivamente, las ediciones sucesivas del DSM han ido incrementando el número de categorías diagnósticas existentes, pasando de 106 trastornos mentales en la primera edición, allá por los años 50, a 265 en el DSM-III y 297 en el DSM-IV. ¿Quiere esto decir que, fruto de los esfuerzos de la investigación, hemos ido descubriendo nuevos problemas mentales que antes nos pasaban desapercibidos? ¿O que han aparecido nuevos trastornos mentales antes inexistentes? Parece que ni lo uno ni lo otro. En línea con una progresiva psiquiatrización de la vida cotidiana, esta proliferación de categorías parece más bien obedecer a una disminución del umbral de diagnóstico. Es decir, que patrones comportamientos que antes no eran considerados como psicopatologías pasarían a considerarse como tales. Alguien podría pensar que mejor así; ya que rebajar los criterios para ser encasillado en un diagnóstico reduce las posibilidades de cometer “falsos negativos”, esto es, de que alguien se escape sin su “merecida” etiqueta. Pero tiene otro inconveniente, y es que se incrementan las posibilidades de que uno acabe siendo un “falso positivo”, y que “oficialmente” se le asigne un trastorno cuando en realidad no sufre patología alguna. Como señala Rössler, la cuestión no es menor, ya que -para bien o para mal- los diagnósticos tienen efectos directos en las vidas de las personas y en la vida de una sociedad.
ComicDiagnosis
Así por ejemplo, encajar en una categoría diagnóstica puede contribuir a que alguienacceda a los tratamientos y servicios de salud mental que requiere; pero de otra parte, puede hacerle más proclive a experimentar algunas de las muchas formas de estigmatización social que aún hoy se asocian a la enfermedad mental. Con respecto a la organización de la vida social, el impacto de los diagnósticos psiquiátricos es también innegable. Por ejemplo, están presentes cuando se trata de dirimir si alguien recibirá una baja laboral o una pensión, en la toma de decisiones en el ámbito judicial, en la limitación o el acceso a determinados derechos civiles, etc. Aún más directamente, la actividad diagnóstica juega un papel clave en la organización de los sistemas de prestación de servicios sanitarios y sociales; sin olvidar que, además, la existencia de patologías psiquiátricas sirve de base a la industria que, por paradójico que pueda sonar, trata de erradicarlas.
Así las cosas, parece relevante un análisis crítico del grado en que las etiquetas diagnósticas responden o no a lo que sería esperable de ellas. Rössler identifica, al menos, cuatro problemas en las clasificaciones psiquiátricas al uso:
  • Los diagnósticos basados en las clasificaciones psiquiátricas convencionales no nos dicen nada de las causas de un trastorno mental; los criterios empleados son -pretendidamente- ateóricos.
  • Las categorías diagnósticas presentan una adecuada fiabilidad inter-evaluadores; pero “fiabilidad” (es decir, la consistencia en la aplicación de los criterios por parte de los clínicos) no debería confundirse con “validez” (esto es, que la categoría diagnóstica refleje adecuadamente una patología en cuestión).
  • Los sistemas convencionales de clasificación no prestan mucha atención a los significados culturales y grupales que condicionan, sin duda, cómo se entienden los síntomas mentales en función del contexto social.
  • Los diagnósticos psiquiátricos siguen el modelo de la enfermedad médica; sin embargo, la investigación no ha encontrado aún el sustrato biológico o los marcadores de laboratorio de los trastornos mentales. Las comparaciones entre parámetros biológicos de sujetos “sanos” y “con diagnóstico”, por distintas razones, suelen estar afectadas por factores de confusión o no ser concluyentes.
Otro problema estriba no ya en las categorías diagnósticas per se, sino en cómo éstas se usan en la práctica. La tarea de establecer un diagnóstico psiquiátrico se planteacomo una cuestión dicotómica, de todo o nada. Se tiene un trastorno mental o no se tiene. Ser o no ser. Si cumples los criterios suficientes del listado que define una patología, se te asigna la etiqueta; si no, da igual que los síntomas te causen malestar emocional, interfieran con tu vida cotidiana, o te hayan llevado al límite de tus fuerzas… no tienes nada, alégrate, tienes la suerte de estar “sano”. La cuestión, si tenemos en cuenta las implicaciones de estas “etiquetas”, puede tener connotaciones hamletianas…
Lo cierto es que un diagnóstico en términos dicotómicos no parece un enfoque muy “natural”. Menos aún si -como defiende Rössler- asumimos que la conducta humana se parece más a un continuo entre extremos, siendo muy difícil establecer un punto de corte claro que separe salud y enfermedad. Por ejemplo, parece bien establecido que las personas con síntomas psicóticos a nivel subclínico (es decir, síntomas que no llegan a ser “diagnosticables”) pueden experimentar disfunciones a nivel social, malestar emocional y presentan un mayor riesgo de comorbilidad psiquiátrica. Sin embargo, estas personas no tienen acceso a la ayuda necesaria en muchos casos, ya que no pasan el “punto de corte” del sistema diagnóstico correspondiente, realizado en términos de todo o nada. De la misma forma, el enfoque diagnóstico dicotómicodificultaría la prevención en salud mental, al pasar por alto las formas sintomáticas leves del continuo, que podrían agravarse hasta dar lugar -ahora sí- a una “patología de libro”, como mandan los manuales. La conclusión de Wulf Rössler es directa:
Si seguimos apegados al actual enfoque categórico, nunca seremos capaces de abandonar esta discusión [sobre las clasificaciones diagnósticas] y en lugar de ello crearemos una inflación de enfermedades mentales, bajando el umbral del diagnóstico psiquiátrico; o a causa de criterios restrictivos, dejaremos fuera a aquellos que realmente experimentan un trastorno mental. Aplicando un enfoque continuo, muchos de estos problemas podrían ser resueltos, incluso si esto no reúne la aprobación de las compañías aseguradoras u otros grupos de interés. Este procedimiento permitiría a los profesionales administrar tratamientos flexibles allí donde se dé un malestar personal significativo y/o una interferencia significativa funcional en lo que respecta a los roles sociales.”
Puedes acceder al texto completo del artículo de Wulf Rössler aquí.
Referencia:
ResearchBlogging.orgRössler, W (2013). What is normal? The impact of psychiatric classification on mental health practice and research Frontiers in Public Health DOI: 10.3389/fpubh.2013.00068

miércoles, 4 de diciembre de 2013

Importantes investigaciones en la enfermedad de ‪#‎Alzheimer‬


Científicos japoneses han desarrollado imágenes cerebrales que pueden detectar la acumulación de proteínas destructivas vinculadas a la enfermedad de Alzheimer.
La tecnología, publicado en la revista Neuron, enseña como dentro de un cerebro vivo hay grupos de una proteína llamada tau que está estrechamente vinculada a la enfermedad. Esto podría conducir a nuevas formas de diagnosticar la condición y a probar la eficacia de nuevos fármacos.
El diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer no se puede realizar con exactitud hasta que el paciente ha fallecido y su cerebro se examina. Tampoco es 100% claro cuál es la causa de la demencia y cuáles son los síntomas. Se cree que la proteína tau es la causa de que las células del cerebro mueran.
El equipo, liderado por el Instituto Nacional de Ciencias Radiológicas de Chiba, ha utilizado la tomografía por emisión de positrones para crear una imagen 3D de tau en el cerebro, desarrollando una sustancia química que podría unirse a dicha proteína y ser detectada durante el cáncer cerebral.
El Dr. Makoto Higuchi, del Instituto Nacional de Ciencias Radiológicas de Japón, dijo: “Las imágenes de tomografía por emisión de positrones de acumulación de tau, proporcionan información sólida sobre las regiones del cerebro en desarrollo o con riesgo de muerte neuronal inducida por tau”.
También podría permitir a los investigadores a seguir de cerca que efecto tienen los medicamentos de impacto en la propia proteína.
La investigación está en una fase inicial, pero con el tiempo podría conducir a una prueba real de la enfermedad de Alzheimer.
Fuente: BBC NEWS

martes, 26 de noviembre de 2013

¿Por qué algunos son zurdos? Causas, ventajas y desventajas

Ser diestro o zurdo es el resultado de la manera como el cerebro organiza y distribuye sus cargas de trabajo.
En el marco del Día de los Zurdos, que se celebra cada 13 de agosto, desde 1922, la Universidad de Texas en Dallas publicó un extracto de los hallazgos médicos y psicológicos recientes sobre la vida de las personas zurdas.
El conjunto de estudios incluye hallazgos de la Universidad de Durham, Inglaterra, así como del Imperial College de Londres y las universidades de Minessota y Texas, en Estados Unidos.
Ser zurdo es una característica que tiene que ver con un atributo humano llamado lateralidad, el cual consiste en la distribución desigual de habilidades motoras finas entre las manos izquierda y derecha. La Asociación Americana de Psicología reconoce cuatro tipos de lateralidad: 

  • Diestros o personas que tienen más habilidad con la mano derecha
  • Zurdos o personas que tienen más habilidad con la mano izquierda
  • Ambidiestros o personas que tienen exactamente la misma habilidad para realizar tareas con ambas manos
  • Lateralidad cruzada o mezclada, que son personas que pueden realizar diferentes tareas con diferentes manos, pero sin que exista simetría entre las dos.
La misma Asociación Americana de Psicología calcula que entre 10% y 15% de todas las personas son zurdas. Esta característica es mucho más común entre hombres que entre mujeres. En Inglaterra se ha contabilizado que hasta 13% de los niños varones en escuelas son zurdos, mientras que sólo 9% de las niñas tienen esta característica de lateralidad.
Un dato reciente, publicado en 2011, indica que en Chimpancés también existe un porcentaje cercano a 10% de individuos zurdos.
¿Diestro o zurdo?
Ser diestro o zurdo es el resultado de la manera como el cerebro organiza y distribuye sus cargas de trabajo. La explicación más reciente sobre por qué existe un cerebro zurdo fue elaborada por tres expertos en biología evolutiva de la Universidad de Durham, Inglaterra (Diana Widermann, Robert A. Barton y Russel A. Hill).
Ellos dicen que normalmente el hemisferio izquierdo del cerebro adopta dos funciones diferentes que requieren mucho gasto de energía: el movimiento fino de las manos y el movimiento fino que se requiere en garganta, lengua y boca para articular el lenguaje. En la mayoría de los casos el cerebro decide unir las dos funciones en el hemisferio izquierdo porque así hace un gasto más eficiente de energía y por eso hay más personas que son diestras.
Sin embargo, existen casos en los que el cerebro instala primero las funciones relacionadas con los movimientos finos de las manos en el hemisferio derecho del cerebro, en una etapa anterior a la aparición del lenguaje, de modo que cuando surge la necesidad de hablar y hacer los movimientos finos que se necesitan para pronunciar palabras, el hemisferio izquierdo crea circuitos y procesos sólo especializados en el lenguaje, mientras que el derecho conserva los circuitos y procesos que había tejido previamente para el movimiento de manos, dedos y pies.
La construcción de los circuitos del movimiento en manos y dedos, dicen los biólogos evolutivos, comienza desde el primer intento del niño de arrojar objetos.
Estudios realizados en 2010 por el Imperial College de Londres, identificaron que la falta de una división clara del trabajo entre los hemisferios del cerebro provoca que los niños que son ambidiestros y los que tienen lateralidad cruzada tengan más problemas de aprendizaje y de desarrollo del lenguaje que aquellos que sólo son diestros o sólo son zurdos.
Aparentes ventajas de ser zurdo
Estudios realizados por John W. Santrock, especialista en psicología de la educación, egresado de la Universidad de Minessota e investigador de la Universidad de Texas han medido que los zurdos tienden a tener sobresaliente capacidad visual-espacial y la capacidad de imaginar diseños tridimensionales. El mismo estudio encontró que en cuatro profesiones (matemáticos, músicos, arquitectos y artistas) es mucho mayor el porcentaje de zurdos que en otras profesiones.
Otro estudio realizado por la Universidad de Minessota encontró que en una población de 100 mil estudiantes a los que se aplicó el Examen de Aptitudes Escolares de Estados Unidos (SAT por sus siglas en inglés), 20 % de los estudiantes con calificaciones más altas eran zurdos, lo cual duplicaba el porcentaje total de zurdos que aplicaron el examen y que fue de 10%.
Algunos otros estudios médicos sobre diferencias fisiológicas de los zurdos han sido publicados por la revista médica británica The Lancet, en los que se señala que los zurdos tienen menos propensión a desarrollar artritis y que tienen cuerpo calloso de mayor tamaño, lo cual se suma a que algunas regiones de su hemisferio derecho son más grandes y que el tiempo de transmisión de señales entre hemisferios es más rápido.
Aparentes desventajas de ser zurdo
Entre los posibles problemas o desventajas de los niños zurdos se encuentran varios problemas, documentados por la Universidad de Minessota en pequeños grupos, en temas de aprendizaje de fonología y lectura.
En grupos de niños que están aprendiendo a leer se identificó una velocidad de lectura menor y más problemas con la identificación rápida de palabras entre zurdos. También se vio que mucho de ellos pueden leer a buena velocidad y con buena comprensión en silencio, pero que esta velocidad se pierde cuando tienen que leer en voz alta.
Uno de los problemas que también midió la Universidad de Minessota fue que los niños zurdos son más lentos en el aprendizaje de la escritura, aparentemente porque su mano izquierda cubre el texto que ya han escrito, a diferencia de los diestros, que siempre pueden observar las letras ya escritas. Esta posible explicación sobre la lentitud en el aprendizaje de la escritura se planteó porque se vio que el problema no se presenta al escribir en hebreo o arábigo, donde se empieza de derecha a izquierda.
Referencias culturales
Mientras en las culturas europeas se consideraba ser zurdo como un atributo negativo e incluso se usaba la palabra siniestro para referirse de la misma manera a un zurdo que a alguien peligroso, en tres culturas no europeas el ser zurdo era una distinción y un honor. Entre los Incas se consideraba a los zurdos como dueños de poderes místicos, entre los budistas tántricos de la india y los chinos se consideraba a ser zurdo como ser sabio.
Retos sociales
Uno de los retos más grandes que enfrentan los zurdos y que se ha tratado de modificar en los últimos años es la carencia de herramientas adecuadas para su singular forma de lateralidad.
En los últimos 40 años se han diseñado pupitres o mesas escolares especiales para zurdos, pero también se han diseñado y comercializado tijeras y cuchillos de cocina para zurdos, guitarras para zurdos y, en el caso del Ejército de Estados Unidos, también se han diseñado y fabricado fusiles de asalto especiales para zurdos.
La visibilidad de los zurdos y la defensa de sus derechos y equidad en su trato laboral se ha incrementado desde el arribo a la presidencia de Estados Unidos de diferentes políticos zurdos, como los ex presidentes Ronald Reagan, George Bush (padre), Bill Clinton y el actual presidente Barack Obama.

miércoles, 13 de noviembre de 2013

Los bipolares de mentira que nos enseñan las series de televisión




Al igual que ha ocurrido en el pasado con la anorexia o la hiperactividad, el trastorno bipolar ha saltado a los medios y, como ocurrió con los otros trastornos, lejos de que su divulgación ayude al paciente a buscar una solución terapéutica, se crea un alarmismo innecesario y confunde la identificación de sus síntomas hasta el punto que muchas personas creen que lo padecen.

Programas del corazón, test en revistas, prensa poco informada, televisión y cine… todos se hacen eco de esta "moda" de la bipolaridad: el tener cambios de humor pronunciados y fuera de nuestro control con una fase maniaca o eufórica y una fase depresiva.

La serie Homeland ha sido un gran catalizador de esta difusión: su protagonista, Carrie Mathison, lo padece. Adoptando un tono imprudentemente realista, nos explican en cada capítulo su proceso, sus síntomas y hasta la medicación que toma. Y la gente acaba olvidando que estamos viendo una ficción. En realidad, y analizando el problema desde una perspectiva clínica, Carrie no ha presentado un trastorno bipolar sino depresión, ansiedad, esquizofrenia, delirios… Cualquier cosa que justifique los disparatados giros del argumento. Pero, así como el espectador sabe distinguir cuándo la serie no es fiel a los conflictos internaciones, en materia de psicología está más perdido: no se identifica cuando la protagonista oye voces o se desmadra pero sí lo hace con el síntoma básico de un trastorno bipolar: los cambios de humor. ¿Por qué? Porque a todos nos ocurren

De ahí el peligro de etiquetar con términos psiquiátricos algo que todos manifestamos cada día. Acabamos pensando que somos bipolares, que existe un desequilibrio electroquímico en nuestros neurotransmisores cerebrales que alterarán sin que podamos remediarlo nuestros sentimientos.

El tener cambios de humor no indica necesariamente que uno padezca un trastorno bipolar.

Ni cuando son a diario…

Si llevamos un registro de la cantidad de eventos que nos ocurren a lo largo de una semana, desde los más importantes, a los más triviales, y los dividimos subjetivamente en "positivos" o "negativos, podemos comprobar que los dos tipos se alternan incluso en una misma jornada. Nos levantamos con energía pero se nos quema el café y bajamos malhumorados a la cafetería donde, para colmo, se nos ha olvidado el monedero. Pero el señor del bar nos invita al café y nos halaga, aunque eso hará que lleguemos tarde.

El tratar de ver una tendencia en las cosas que nos pasan de manera aleatoria, entra dentro de la charlatanería y la adivinación. El pensar, por tanto, que la consecuencia en nuestro estado de ánimo de esos eventos es un trastorno, es absurdo.

… ni cuando son cíclicos…

Todos podemos contar nuestra vida enumerando etapas buenas y malas. Y a veces ambas muy próximas en el tiempo. De hecho ese contraste las acentúa más. Recordamos las buenas como mejores y al revés. Estas etapas dependen a veces de sucesos aleatorios y otras son el producto de nuestras decisiones y de las de los que nos rodean. Pero existen factores que las desencadenan y las mantienen que nada tienen que ver con desequilibrios cerebrales. Nuestra alegría y nuestra tristeza puede ser explicada por elementos concretos si somos capaces de analizar nuestro pasado con rigor y con objetividad.

… ni cuando no existen factores externos que los expliquen… 

¿Pero qué ocurre si no existe un factor externo a nosotros que explique nuestro estado de ánimo, si la situación en la que nos encontramos es opuesta a la emoción que sentimos? ¿Significa entonces que somos bipolares? Nada de eso. De hecho nuestras emociones responden a nuestro entorno pero siempre mediando un importantísimo factor interno: nuestros pensamientos. Como hemos hablado en otras ocasiones, lo que pensamos determina cómo nos sentimos. Por eso si estoy tirado en la playa pero pensando en que mi mujer va a dejarme me sentiré angustiado pese a que la situación sea idílica. Y si cuando me echan del trabajo me siento animado puede ser porque esté generando pensamientos de superación e imaginando que en otro sitio me valorarán lo que me merezco. El identificar nuestros pensamientos y saber cómo modificarlos es clave para alterar el estado de ánimo sin necesidad de buscar explicaciones médicas.

… ni cuando son extremos.

Pensamos a toda velocidad y muchas veces de manera automatizada. Por eso nuestros sentimientos pueden oscilar enormemente. El control emocional es una habilidad que aprendemos y que puede entrenarse y el no tenerlo no significa que seamos bipolares.

Es importante aclarar que incluso ser diagnosticado con trastorno bipolar, no implica que exista un desorden en nuestro sistema que sólo pueda ser compensado con medicación

Los propios psiquiatras agrupan bajo la misma etiqueta muchos tipos de trastornos bipolares, algunos debidos a factores biológicos y la mayoría no. Muchas veces, el decirnos que estamos en una fase maniaca o depresiva es puramentedescriptivo. Es otra forma de resumir los altos y bajos que les estamos contando. Pero tendemos a pensar que si están etiquetándolo es que existe una causa interna en nuestro sistema, como puede ocurrir con la diabetes o con una lesión discal. Ese error nos lleva a no entender lo que nos pasa y a adoptar una actitud pasiva ante los problemas: "No puedo hacer nada salvo medicarme ya esto es algo interno y crónico en mi vida".

El último argumento con el que nos pueden alarmar erróneamente es con el del nivel de nuestros neurotransmisores. El que nuestra serotonina baje no significa que esa sea la causa de nuestra tristeza, sino su correlación fisiológica. Y esto poca gente lo tiene en cuenta: ver una película triste, pensar en una noticia mala o quedarme aburrido en casa un sábado por la noche, hará que mi serotonina baje. Depende de mis decisiones, no de un virus, lesión o déficit. Tener determinados niveles fisiológicos no nos obliga a tomar medicación que la compense necesariamente, puesto que el salir con amigos, o disfrutar de una serie, hará que suba de nuevo dicho neurotransmisor.