El CSM: ¿qué se hace y por qué es quizá la rotación más importante de la residencia?
Aunque
para muchos las siglas “CSM” aún les suenen a chino, pronto tendrán que
aprenderlas y es que en la gran mayoría de hospitales la rotación empieza en
este dispositivo: El Centro de Salud Mental.
¿Qué cosas
se supone que haré en este dispositivo?
Como
la mayoría de vosotros empezaréis vuestra residencia en este recurso, la
rotación, que tiene una duración aproximada de un año, se suele organizar en
dos partes. En la primera parte, estaréis de observadores, viendo cómo los
psicólogos del centro realizan la evaluación y tratamiento de los distintos
pacientes a su cargo. El objetivo es que os familiaricéis con el funcionamiento
del centro, con cuestiones como el sistema informático usado para las historias
clínicas, cómo hacer las derivaciones a otros especialistas y cómo se gestionan
las citas con los pacientes. La idea es que también vayáis pudiendo ver de
primera mano distintos modelos de cómo hacer psicoterapia. Es un momento ideal
para que planteéis todas aquellas dudas que os surjan de los casos que estéis
viendo junto a vuestro tutor o psicólogo con el que estéis rotando. Además, os
irán animando a que participéis en las entrevistas para que podáis ir
practicando lo que vais aprendiendo, perder el miedo inicial y recibir un feedback
muy directo.
En
la segunda parte, el objetivo es que,
progresivamente, vayáis asumiendo pacientes propios. El número de pacientes
totales asignados al residente varía en cada CSM, pero, por lo general,
comenzaréis por ver pocos pacientes y conforme vayáis teniendo más práctica
tendréis más pacientes por semana. Estos pacientes pueden ser nuevos, es decir,
derivados directamente por el médico de atención primaria, derivados por algún
otro especialista del centro, o bien, derivaciones de casos que, por su
relevancia o interés clínico, os hagan los psicólogos que os supervisen durante
vuestra rotación por el CSM.
Pero, ¿por
qué es tan importante este dispositivo?
El
Centro de Salud Mental es para muchos su primer contacto real con pacientes y
será fundamental porque es aquí donde te comenzarás a formar como terapeuta, a
sentar las bases de tu desarrollo profesional. Irás probando con las diferentes
técnicas o formas de hacer terapia que te hayan gustado de lo que has visto en
tus psicólogos adjuntos, pero con el paso del tiempo, o mejor dicho, con la
experiencia de ver diariamente pacientes con demandas muy dispares, irás
desarrollando días tras día tu estilo propio como terapeuta.
Además,
una de las experiencias que más enriquecen este periodo son las supervisiones
de casos que hagas con los psicólogos con los que rotes. Exponer las
dificultades de un caso, ya sea por la complejidad del mismo o por las propias
dificultades como terapeuta, te harán ver la práctica clínica desde ángulos muy
diversos y plantearte cuestiones que, si no fuera por estas supervisiones,
pasarían completamente desapercibidas.
Sin
lugar a dudas, el poder trabajar en equipo, el constante feedback de tus tutores
y el tener la oportunidad de ver pacientes diariamente hacen de esta rotación
la favorita para muchos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario