¡¡Hola de nuevo a tod@s!! Hoy voy a dedicar estas líneas a contaros otro de los aspectos más llamativos de mi residencia: las guardias en Urgencias.
Hace pocos
días, me embarcaba en esta nueva y desconocida aventura… Me habían contado
muchas cosas sobre ellas, sobre lo que hacíamos nosotros, cuál era nuestra
función, experiencias personales… pero al final, en Urgencias cada día es
diferente al anterior y cuando comienzas tu turno, no sabes muy bien qué te
deparará.
Quizás alguno
de vosotros no lo sabéis, pero actualmente no hay Psicólogos Clínicos
trabajando en este servicio, por lo que esta parte de nuestra Atención Continuada (por explicarlo
brevemente, son todas aquellas horas que
hacemos por la tarde y que se distribuyen de muy diversa forma según
hospitales y año de residencia), rotamos con Psiquiatras. Concretamente, en mi
hospital en cada guardia de Psiquiatría hay: un Psiquiatra Adjunto, 2 MIRES y 1
PIR.
En primero,
tenemos una guardia a la semana, el día suele estar prefijado de antemano y el
horario de los PIRES es de 15:00 a 22:00 horas (a nuestros compañeros MIRES,
aún les quedan bastantes horas por delante cuando nosotros nos marchamos).
¿Cómo fue mi primera guardia? Pues
bien… fue algo caótica. No sé si habréis estado en el Hospital Clínico San
Carlos, pero yo después de casi dos meses aún sigo perdiéndome y eso que
¡todavía no conocía el laberinto de Urgencias! A las 14:15 comenzó la yincana:
ir a un ala del hospital en busca de la sala para fichar, bajar a la cafetería a comer,
ir a otro ala la sala A, a la planta de Hospitalización… Un no parar,
menos mal que mis compañeros me iban guiando en todo estos recorridos.
Además de las
diferentes salas, ese día también tenía que familiarizarme con las llamadas al busca, los ingresos, las solicitudes de
pruebas, los programas informáticos
y el ritmo frenético de la atención, pero
sobre todo, con los propios pacientes.
Si bien he de reconocer que nuestro papel en las guardias es más bien de
acompañante, ya que el peso final recae sobre los psiquiatras, de momento en mi
experiencia me he encontrado con compañeros que trataban de hacerme partícipe y
que me animaban a intervenir y opinar sobre los casos.
Una de las
mayores ventajas de pasar por Urgencias es poder observar a los pacientes en
fases agudas y con sintomatología muy florida en algunos casos (episodios
de manía, alucinaciones, delirios, ideas e intentos autolíticos, casos de
heteroagresividad…), lo cual en conjunción con todo lo que aprendemos en el CSM
por las mañanas, te permite formarte una visión mucho más rica y completa de los
diferentes trastornos. Sin duda, esta era una de las cosas que más
llamaba mi atención antes de comenzar la residencia (y creo que la de la
mayoría), el poder ver al fin muchos de los síntomas, fenómenos, trastornos… que
estudiamos en asignaturas como Psicopatología.
Si tengo algo
claro es que, aunque habrá muchas más, nunca olvidaré mi primera guardia ni
cada uno de los casos que vimos esa tarde y que me dieron la oportunidad de
seguir aprendiendo.
Ojalá dentro
de un año, algunos de vosotros estéis tan ilusionados al compartir vuestra
experiencia y comprobar que todo el esfuerzo se ve enormemente recompensado.
Muchísimas gracias por leernos y
MUCHÍSIMO ánimo con vuestro estudio, CADA DÍA ESTÁIS UN POCO MÁS CERCA DE
VUESTRO SUEÑO.
laura pérez, residente
PIR
No hay comentarios:
Publicar un comentario